Impulsar a los emprendedores
Por Mauricio Macri
Tener una idea, armar un plan, ver que empieza a tomar forma, pensar en equipo, avanzar, soñar. De esto se trata lo que hacen los emprendedores, personas que se paran ante la vida con una actitud positiva y buscan transformar la realidad desde su lugar.
Esta semana estuve en Tecnópolis, donde tuve la oportunidad de conocer a muchos emprendedores y conversar con ellos acerca de sus proyectos. Compartir un rato con ellos, escuchar de primera mano cómo pusieron sus planes en acción y sentir toda esa pasión por lo que hacen me confirmó, como tantas otras veces, que los argentinos estamos para más. Que tenemos el talento y la creatividad necesarios para impulsar el nacimiento de nuevas ideas, y contamos con la garra y la perseverancia que hacen falta para hacerlas realidad. Lo veo todo el tiempo, en toda la Argentina.
Lo vi, por ejemplo, en Dalila, una mujer de 37 años que vive en Caseros y hace unos años se quedó sin trabajo. Desde chica su mamá le había aconsejado que aprendiera un oficio, pero en su momento ella no quiso hacerle caso. Hasta que un día, caminando por Once, encontró una cuerina y recordó aquel consejo de su madre: se anotó en la carrera de Corte y Confección y empezó a confeccionar billeteras, bolsos y todo lo que estaba a su alcance. Al tiempo buscó dónde vender sus productos, que hoy se comercializan en varios puntos del país, y así pudo abrir un showroom. “Contraté a dos señoras que me ayuden para la producción mayorista, y ese espacio me permitió agrupar a emprendedores, que se acercaron para vender sus productos, pero en consignación, porque yo no tenía plata para comprarles a ellos”, recordaba Dalila.
Me contó que un día le preguntaron por qué no daba clases. “La verdad es que no se me había ocurrido”, me confesó. “Las ventas bajaron, tenía que empezar a subsistir y también a ver qué hacíamos con los emprendedores que trabajaban conmigo, porque si cerraba, ellos se quedaban sin trabajo”. Así, empezaron a dar cursos de crochet, de bordado, de indumentaria y muchas vecinas de la zona se animaron a aprender y a encontrar una salida laboral gracias a este emprendimiento.
Historias como ésta me llenan de optimismo, porque son ejemplos de empuje, de lo que significa apasionarse por la vocación, creer en uno mismo e ir para adelante a pesar de las dificultades y ofrecer el propio talento para mejorar la realidad que los rodea, ¡y las vidas que los rodean!
Gobernar es acompañar a todos ellos. Es cuidar y facilitarles la vida. Pero en los últimos años, lamentablemente el Estado hizo lo contrario y fue una piedra en el camino para aquellas personas que querían avanzar, pensar nuevas ideas y hacerlas realidad.
Esa etapa se acabó. Desde que llegamos al gobierno, trabajamos día a día para hacer más simple la vida de quienes quieren progresar. Por eso, entre otras cosas, impulsamos la Ley Pyme y el proyecto de Ley de Primer Empleo, y esta semana presentamos dos proyectos de ley y una serie de medidas con un único objetivo: facilitarles la vida a los emprendedores argentinos.
Hoy el emprendedor enfrenta trabas como el costo y la demora para abrir una empresa. En un estudio que realiza el Banco Mundial, que mide la facilidad para la apertura de un negocio, la Argentina figura en el puesto 157 de 189 países. Además, el contexto de desconfianza de los últimos años impuso una gran traba al financiamiento de los proyectos.
Cumpliendo con un compromiso de campaña, la ley de emprendedores promueve que cualquier persona cree su empresa en sólo 24 horas y en forma digital. Este nuevo tipo de empresa, la Sociedad por Acciones Simplificada o SAS, representa una oportunidad para 3 millones de monotributistas, a la vez que promueve la generación de trabajo para los argentinos. Otro aspecto importante de este proyecto tiene que ver con el financiamiento: necesitamos que los argentinos puedan apoyar las ideas de otros argentinos y, para que eso sea posible, estamos promoviendo las plataformas de financiamiento colectivo.
El otro proyecto tiene que ver con aquellas ideas que nacen pensando en los demás y en el futuro: vamos a ayudar a quienes proyecten negocios que suman a la mirada económica un componente social o ambiental. En la actualidad, la figura jurídica de “Empresa Social” no existe en nuestro país ni en América Latina, por lo que este tipo de emprendimientos no están debidamente cubiertos por la ley. Por eso proponemos la creación del régimen de empresas de Beneficio de Interés Colectivo. Con esta ley, la Argentina se convertiría en el primer país en América Latina en hacerlo y los emprendimientos que tienen un condimento social o ambiental especial podrán estar resguardados legalmente.
Los argentinos tenemos mucho potencial para crecer y las posibilidades son infinitas. Estamos en el comienzo de una etapa nueva llena de oportunidades. El emprendedor es un gran protagonista, un ejemplo para contagiar esa energía de que podemos ser dueños de nuestras vidas y de nuestro destino, de que podemos lograr lo que nos propongamos.
Esperamos que el Congreso apruebe estas iniciativas, que sin duda van a ayudarnos a generar más oportunidades y trabajo para los argentinos y así juntos vamos a poder alcanzar nuestro mayor objetivo: lograr pobreza cero en la Argentina.