Hubo una jornada de luto y protesta tras la muerte de 71 personas
La ciudad de Quetta se paralizó con banderas a media asta, colegios sin niños e instituciones gubernamentales cerradas tras el ataque del lunes.
ISLAMABAD, Pakistán. Quetta, en el oeste paquistaní, vivió una jornada de protestas y de luto por el ataque contra un hospital que acabó con la vida de 71 personas e hirió a otras 128, un atentado que llevó a cientos de abogados a comenzar una huelga en todo el país por sus compañeros asesinados.
La capital de la provincia de Baluchistán se paralizó con banderas a media asta, colegios sin niños e instituciones gubernamentales cerradas tras el ataque del lunes, uno de los peores de lo que va de año en el país, junto con el atentado suicida en un parque de Lahore que causó 73 muertos en marzo.
"La ciudad está paralizada", dijo el portavoz del Ejecutivo regional, Anwar ul Haq Kakar. Los funerales de los fallecidos en el atentado comenzaron el lunes y continuaron ayer con pequeños entierros alejados de los focos de los medios de comunicación.
De acuerdo con el último cómputo, el atentado provocado por un hombre que hizo detonar ocho kilos de explosivos en la entrada de emergencias del Hospital Civil de Quetta causó 71 muertos, 50 de ellos abogados y dos periodistas.
Los abogados -que iniciaron una huelga de tres días en varias ciudades- y reporteros habían acudido en gran número al centro sanitario después de que el presidente de la Asociación de Abogados de Baluchistán, Bilal Anwar Kasi, sufriera un tiroteo mortal. Información publicada por diario EL LIBERAL. Director. Lic. Gustavo Ick.