JUEGOS OLÍMPICOS

Río 2016: el santiagueño Gómez disfruta a pleno de los juegos

El futbolista de Santiago del Estero vive la intimidad de la Sub 23 de Argentina, entre mates, fotos con estrellas y un ambiente donde respiran espíritu olímpico.

Si algo caracteriza a la selección argentina Sub 23 que disputará los Juegos Olímpicos es cómo transforma los cimbronazos externos en combustible para el ánimo. Tras la renuncia de Gerardo Martino, Julio Olarticoechea llegó para apagar el incendio en cuestión de minutos. Luego de las negativas de los clubes de ceder a sus estrellas, aparecieron futbolistas ilusionados con una medalla. Y al ver el caos económico e institucional de la AFA , entendieron el valor de concentrarse en la Villa Olímpica. A dos días del debut ante Portugal, el equipo del Vasco da señales de llegar con hambre a la cita, aunque no aparezca entre los favoritos en las proyecciones previas y se mueva en un espacio donde se respira espíritu olímpico a cada paso. 

Así, no sólo cruzan la puerta del complejo ubicado en Barra de Tijuca para brindar entrevistas en el sector internacional (el único rincón en donde la prensa tiene libre acceso). También lo hacen para ir a la peluquería, o para encontrarse con un familiar. Y disfrutan de la convivencia puertas adentro: la cena de anoche, junto a los boxeadores argentinos no fue casualidad. Boxeadores y futbolistas tomaron por asalto algunas habitaciones para una mateada grupal.

"Es importantísimo estar en la Villa porque los jugadores conviven con figuras mundiales de diferentes deportes. Es una experiencia que quizás no vuelvan a tener. Y, de entrada, me pareció interesante. En la Villa se comparten momentos de gloria, de tristeza, de apoyo. Momentos que son únicos e irrepetibles. Es deporte, no es la vida o la muerte. El deporte te da revancha. Y es un lindo mensaje para todos. En nuestro caso, sirve para un grupo de muchachos jóvenes que tienen toda una carrera por recorrer", destacó el Vasco.

Mientras llegan delegaciones, se cruzan con Rafael Nadal y acaparan flashes de propios y extraños (Calleri, por ejemplo, no pasa desapercibido en Brasil, tras su paso por San Pablo). De fondo, la música suena en continuado: los himnos no paran de sonar en una semana de izamientos y discursos de bienvenida. Ayer, por la tarde, fue el turno de la bandera nacional, aunque a esa hora hubo ausencia con aviso de la selección: se entrenó en el Centro de Futebol Zico, en Guaratiba.

Hospedados en un edificio en el que sólo hay equipos de fútbol, no tienen que caminar demasiado para tomar contacto con el resto de los deportistas. Ya sea en el comedor o en las calles de este espacio construido en un rincón alejado de Barra de Tijuca. A diferencia de otras selecciones, la caja de la AFA no pudo sostener un hospedaje cinco estrellas, por lo que la Villa Olímpica llegó por decantación. Situación que abrazaron desde el cuerpo técnico y que utilizaron para fortalecer al grupo. 

En lo estrictamente futbolístico, Olarticoechea da pocas señales. Las prácticas no aclararon el panorama para saber cuál será el once inicial que debutará este jueves ante Portugal, en el estadio Olímpico. Por ahora, los jugadores vienen realizando trabajos físicos y técnicos, y ejercicios de control de pelota en espacios reducidos. "Puede haber sorpresas", deslizan en el búnker albiceleste. Ese lugar donde se olvidan de los problemas, dejan atrás las excusas y sueñan con una medalla.

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