SÓLO HAZLO

La motivación para emprender

Qué pena sería que el talento que cada uno lleva permaneciera dormido por el simple miedo de no saber si podremos hacerlo bien", reflexiona el emprendedor de holograam, Francisco Carzoglio

Todos en cierta medida somos emprendedores. Todos tenemos algo que nos apasiona y en donde el tiempo parece volar. Cuando estamos ahí, no experimentamos cansancio, no importa si comemos o no y tampoco calculamos cuánto vamos a ganar a cambio. Lo hacemos porque no podríamos dejar de hacerlo. El problema estriba en que la mayoría de nosotros no nos animamos a hacer lo que queremos por miedo a fracasar, o por el esfuerzo que implica llevarlo a cabo. Lo que nos motiva, si no está dentro de los parámetros esperables, preferimos dejarlo como un hobbie (en el mejor de los casos) que jugarnos la ropa por ello.

Recuerdo una película que decía: qué lamentable si a Michael Jackson lo hubieran obligado a ser boxeador, y que fatal si Mohamed Ali se hubiera dedicado a la música. Qué sinsentido, ¿verdad? Qué pena sería que el talento que cada uno lleva dentro permaneciera dormido por el simple miedo de no saber si podremos hacerlo bien o no. Así como el pájaro canta y no está empecinado en rugir, y así como el pez está dedicado a nadar y no a volar, el emprendedor está comprometido con emprender.

No podría dejar de hacerlo aunque quisiera, porque sería como renegar de su propia naturaleza. Muchos pseudo emprendedores podrán dar mil justificaciones de por qué “no pueden” hacer lo que más les gustaría, pero el emprendedor no. No importa en qué área sea, él necesita emprender y es capaz de vencer todas las dificultades para llevar a cabo lo que le dicta su corazón. Me vienen a la memoria un par de casos dignos de destacar: uno es Federico Álvarez, director uruguayo de cine que hoy está en Hollywood.

Un día hace no mucho, colgó un video en Youtube mostrando su trabajo y lo que era capaz de hacer, un video que le llevó hacerlo casi dos años. Ese video se viralizó, la gente empezó a comentarlo, esos comentarios llegaron a oídos de gente influyente y bang! llegó a Hollywood. Ahora, ¿qué hubiera pasado si seguía trabajando en las productoras de Uruguay, que ya en ese momento le dejaban un ingreso decente? ¿Cómo terminaba esa historia si él mismo no se la creía? Su pasión no tenía límites… y él tampoco. El otro caso es Jorge Drexler, que hace varios años fue telonero de Joaquín Sabina en una de sus visitas por Uruguay. Cuando Drexler terminó de tocar, el español le dijo algo así como “muy bueno lo que hacés, si estás por España llámame”.

Al mes, estaba golpeándole la puerta en Madrid, catapultando una carrera que algunos años más tarde lo haría ganar un premio Oscar. ¿Alguien lo hubiera pensado 15 años atrás? ¿Alguien le tenía tanta fe? Y no olvidemos que cuando se decidió por la música, ya tenía un título de médico con especialización incluida. De eso se trata emprender: no poner ningún tipo de barreas a las motivaciones que se manifiestan naturalmente dentro nuestro cuando hay algo que nos apasiona; darle tiempo a la vida para que manifieste su creatividad y tenga sentido para nosotros mismos. Sólo debemos decidir hacia dónde queremos ir y entregar todo lo que tenemos; no nos podemos guardar nada. El cómo lleguemos será dominio del Universo. 

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