El Papa y el tigre
Artistas de circo, figurantes, acróbatas y titiriteros fueron recibidos por Francisco. Un joven felino también participó del encuentro.
El papa Francisco acarició hoy un tigre durante la recepción a los artistas del espectáculo viajero, que hoy celebran su Jubileo, cuyo trabajo elogió.
"Y ustedes no pueden imaginar el bien que hacen, un bien que se siembra, cuando tocaban aquella bella música, de (el film) 'La Strada', yo pensaba en aquella muchachita", les dijo el Papa.
Gelsomina, "il Matto", Zampan, surgidos de la fantasía del gran Federico Fellini en el lejano 1954, volvieron a la mente del Papa esta mañana, en la reunión con los participantes en el Jubileo del espectáculo itinerante.
Estuvieron presentes algunos miles de personas de todas las edades y estrellas de este tipo de arte, que para el Papa pusieron en escena acrobacias, juegos, obras de Polichinela, y llevaron al escenario un tigrecito hambriento con un biberón, tras lo cual tomaron el tema de "La Strada".
"Yo pensaba en esa muchachita -explicó hoy a los artistas de la calle- que con su humildad y su trabajo itinerante consiguió ablandar el corazón duro de un hombre que había olvidado llorar, y ella no supo lo que sembró", contó Francisco.
"Estas semillas a veces hacen mucho bien a mucha gente que ustedes tal vez no conocerán, pero estén seguros, ustedes hacen esto, y esto está".
"'La Strada' es tal vez el film que más he amado; me identifico con esa película, en la que hay implícita una referencia a San Francisco", había dicho el Papa en septiembre de 2013 en una entrevista con el padre Antonio Spadaro para Civilt… Cattolica y las otras revistas jesuitas en el mundo.
"A propósito de ecología -dijo en cambio Bergoglio en el otoño de 2013, hablando de las películas de Fellini con el realizador argentino Pino Solanas- se recuerda esa escena en la que 'il Matto' le explica a Gelsomina que incluso una piedrita tiene su sentido".
A los artistas de la calle, de circo, figurantes, acróbatas y titiriteros recibidos hoy, el papa Francisco también les reconoció el mérito de saber "hacer nacer la sonrisa de un niño, iluminar la mirada de una persona sola, hacer a los hombres más cercanos unos a otros, y también pueden espantar al Papa al acariciar, pero son poderosos, ¿eh?", bromeó.
El pontífice se refería al tigrecito con biberón que le habían llevado poco antes, para acariciarlo. El Papa fue muy aplaudido tanto cuando hizo algunos comentarios improvisados como cuando, siguiendo el texto del discurso que había preparado, recordó los "prejuicios" de los que algunas veces son víctima estos artistas.
El Papa subrayó, por ejemplo, que los artistas ofrecen a menudo espectáculos gratuitos a los menos pudientes (los circos de Roma lo hicieron también el pasado enero para los pobres asistidos por el Vaticano, NDR), el hecho de que el espectáculo viajero sea "forma popular y al alcance de todos", que lleva alegría y muestra la "audacia", además de "difundir la cultura del encuentro".Pero el pontífice recordó también el deseo de la Iglesia de estar cerca de estas personas, cuyo nomadismo hace difícil también la vida de la fe.
Entre quienes se exhibieron ante el Papa estuvieron los bailarines de una asociación keniana de circo social que ayuda a los muchachos a salir de la pobreza, los estudiantes de la Academia de Arte Circense de Verona y los hermanos acróbatas Pellegrini.
Finalmente subieron al escenario un cachorro de pantera negra y el tigrecito con el biberón. Inmediatamente después, los artistas siguieron su Jubileo, atravesando la Puerta Santa de San Pedro.