"Una ciudad enmudecida"

Conocido el macabro hecho, un grupo de policías especializados en la materia rápidamente viajaron al lugar y allí fijaron residencia. Desde entonces hicieron todo tipo de averiguaciones.

"Hablamos hasta con los mudos", dijo una fuente digna de confianza, pero "nadie aporta nada".

Según se supo, muchos lugareños permanecen encerrados en sus domicilios y se rehúsan a ser entrevistados. La policía busca a los testigos en sus domicilios y cuando alguno responde su llamado es trasladado a la Departamental de Quimilí para ser entrevistado.

Pese a que más de 10.000 personas marcharon para pedir justicia, la policía no logra obtener datos certeros de quién o quiénes estuvieron con el pequeño Marito en sus últimas horas de vida.

Es "una ciudad muda", remarcó la fuente, que además dejó entrever que podría haber despidos en la Seccional local debido a la poca colaboración.

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