DEBATE ORAL

El juicio de Tapia y Leiva se reanudó con testimonios que complicarían a los imputados

Tras una semana y media de suspender el debate por problemas de salud de un miembro del Tribunal, ayer se reanudó el juicio oral y público por el homicidio de Hugo Tapia y Miguel Leiva.

Al debate oral se lo dividió en dos partes. La primera sobre el homicidio de Leiva que tiene como imputados a José Luis Soria y a su primo Osvaldo Soria, mientras que por el en el homicidio de Hugo Tapia están imputados José Luis Soria, Fernando Sotelo y Lorenzo Vergara.

Ayer, una testigo manifestó que estaba atendiendo su negocio de bebidas —ubicado en su domicilio— y alrededor de las tres y media de la mañana, llegó Sotelo, buscando una moto suya aduciendo que la había perdido.

La mujer describió ante el tribunal, que el imputado se encontraba en avanzado estado de ebriedad y tenía una mancha de sangre al costado de la boca. Luego se retiró y regresó en compañía de Soria y Vergara a comprar bebidas. A uno de ellos se lo notaba muy nervioso e intranquilo, calificó la testigo.

También declaró la ex suegra de José Luis Soria quien junto a su nieta que la acompañaba al médico encontró el chip por la calle Chaco, a quince metros de la casa de su hija que vivía con Soria.

Cuando llegó a su casa, la mujer puso la tarjeta SIM en su teléfono para contarles a sus hermanos, residentes en Tucumán, que se encontraba mejor de salud. Para su sorpresa, luego de enviar los mensajes, le llegaron otros que decían: "José, ¿es cierto que lo mataron a Hugo Tapia?".

La ex suegra de Soria, luego de recibir los mensajes, le contó a su hija lo sucedido y le entregó el chip, y esta última lo destruyó.

Posteriormente, cuando ingresó la hija, quien era pareja de Soria, corroboró los dichos de su madre, y dijo haberlo hecho por miedo.

La Justica escuchará más testimonios en los próximos días.

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