Forense sugirió que Iñíguez mató a Johana con un cuchillo
El arma asesina sería un cuchillo de 10 centímetros de mango, por 3 de hoja de ancho. Hasta ahora, se presumía que el crimen fue perpetrado con un destornillador. Hoy, los alegatos.
El forense que realizó la autopsia a Johana Córdoba sugirió ayer que la joven madre pudo haber sido asesinada con un cuchillo, difiriendo así de la teoría de un crimen perpetrado con un destornillador, la mañana del 24 de enero del 2012 en el departamento Robles.
Así lo señaló ayer David Jarma, quien efectuó la autopsia a la víctima, horas después que su ex pareja, Gabriel Iñíguez la asesinara en la ruta 13, entre La Florida y Beltrán, tras derribarla de su motocicleta.
Letal y en la frente
Según Jarma, la primera herida fue en la frente de la joven. De un total de 11 ataques, el mortal habría sido el último bien cerca del corazón.
Al declarar en la instrucción del proceso, el forense había señalado que se trató de un sufrimiento innecesario. Ayer fue más prudente y evitó ingresar por ese terreno.
Más adelante, Jarma precisó que la herida en la víctima habría sido causada por un cuchillo de 10 centímetros de largo por 3 de ancho.
Probabilidad
Consultado si las heridas son compatibles con un destornillador, juzgó que también es probable.
A los vocales les cabe investigar si es posible hallar un destornillador con esas proporciones.
Luego, los jueces escucharon a tres integrantes de la familia Noriega, quienes residen cerca del fatídico escenario del crimen.
Los Noriega
Madre e hija coincidieron en que meses atrás, vieron mientras Iñíguez agredía a Johana en la zona. Después, declaró el jefe de familia, Walter Noriega.
El hombre relató que presenció un incidente en que Iñíguez golpeaba a la víctima. Ésta ingresó corriendo a su casa, mientras Noriega expulsaba al agresor del inmueble.