Felipe Benicio Corpos, el caudillo coplero
Evocación del conocido lingüista y cultor del folclore santiagueño. Poeta, coplero, payador, autor y compositor de reconocidas obras musicalizadas. Fue uno de los fundadores del legendario ciclo radial “Alero Quichua Santiagueño” junto a Sixto Palavecino, Vicente Salto Taboada y Domingo Bravo.Evocación del conocido lingüista y cultor del folclore santiagueño.
El hombre que fuera Santiago del
Estero en todo su tiempo de andanzas...
El hombre que tradujo en versos
todo su sentir por la tierra que amaba.
Santiago del Estero, su Santiago del alma.
El hombre, el amigo y el guía para
muchos de los que hoy andamos por el
mundo cultural de nuestra provincia,
ese hombre escribió. “Anduve de pago
en pago/con la verdad en la mano/y en
su boca la dulzura/del quichua de mis
paisanos”.
Ese hombre, Felipe Benicio Corpos
(1935-1974), que desde su corazón
hacía flamear en las altas cumbres de
su ser, la bandera de la amistad, desde
su amanecer, allá por La Loma, departamento
Figueroa, entreveraba sus
coplas con las de Alfonso Nassif y con
la inquietud folclórica de don Orlando
Gerez... “Dos cosas para macharme
/ gusto a gusto y a mi antojo / el vino
de los amigos / y el licor que hay en tus
ojos…”
EL CREADOR
Una de las grandes realizaciones de
Corpos fue gestada allá por el 5 de octubre
de 1969, junto a don Sixto Doroteo
Palavecino, Vicente Salto y el profesor
Domingo Bravo: el Alero Quichua
Santiagueño. Esta audición radial
que le mostró al mundo auténticas
expresiones vernáculas, todas la manifestaciones
del saber quichua a través
de pobladores de los catorces departamentos
quichuas. Alero Quichua
Santiagueño, es considerada como la
audición más nativista de la radiofonía
argentina, por ser la única emisión
del país realizada en lengua indígena -
americana y preparada por quichuistas
santiagueños, estudiosos del quichua
y hombres del quehacer tradicionalista
de Santiago del Estero.
Decía Felipe en una de tantas aperturas
radiales del Alero: “Alero Quichua
Santiagueño: La voz del Santiago
Quichua, elevándose desde el remanso
lingüístico santiagueño, hacia los cuatro
rumbos cardinales del país, con la
generosidad de un corazón nativo, y
para mostrar desde el canto, la música,
la copla, el cuento y el poema, los contornos
espirituales de una raza y los
perfiles de la cultura quichua”.
El Alero comienza a ramificarse; se
crean filiales (la primera fue la de Villa
Atamishqui), en julio de 1971, se edita
el primer disco documental del canto
quichua, gracias a la intervención de
don Alfredo Ábalos, quien interpretó
el sentir de la gente del Alero, y les
brindó los medios para llegar al primer
larga duración a través del sello Diapasón,
en el LP N° 3, se encuentra la traducción
del Martín Fierro en lengua
quichua, en adhesión al Año Hernandiano,
trabajo realizado por el primer
poeta culta de la lengua Incaica Americana,
don Vicente J. Salto, ( hasta
hoy son siete), se suman los cursos de
quichua dictados por Corpos, Saltos,
Bravo y Mirtha Presas; el 1 de abril de
1973, se convoca a conocidas personalidades
de nuestro medio, a la primera
mesa redonda radial del nativismo
que se realiza una emisora local, sobre
el tema: “Origen de la Chacarera”.
En mayo de ese mismo año, Corpos
tiene activa participación, con el auspicio
del Alero en un disco larga duración,
que se dio en llamar: “Santiago
del Estero, desde sus coplas, al país”
(en total tres), en este mismo año se incorpora
la cátedra de cultura quichua
en el profesorado provincial, a cargo
del profesor Domingo A. Bravo, en el
año 1974, forma parte como socio fundador
de la Asociación de Folcloristas
Santiagueños, (hoy Sociedad de Folcloristas
Santiagueños), el 5 de mayo
de 1974, crea una nueva audición radial:
“Domingos Santiagueños”. Por
iniciativa del profesor Agustín Chazarreta,
en 1974, comenzó a funcionar la
Escuela de Lengua Quichua, dependiente
del Instituto de Lingüística, Arqueología
y Folclore de la Universidad
Nacional de Tucumán.
ENTIDADES QUE
LLEVAN SU NOMBRE
- Escuela de Danzas Folclóricas que
auspicia la Agrupación Folclórica “Icaño
Manta”.
- Escuela 408, de Pampa Múyoj
(Capital).
- Una calle en el barrio Tradición
(Capital).
- El escenario del auditorio mayor
Sixto Palavecino de LRA 21 de Radio
Nacional lleva su nombre
FELIPE CORPOS, POETA
“¡Yo soy letristo!” Quienes conocimos
su alma, sabemos de su fluidez para
amalgamar en versos, el amor con el
monte, y el sentir de sus paisanos.
“...Para sacarle sus mieles/ al árbol lo
golpean tanto/ a mí me golpean las penas/
será por eso que canto.../ A dónde
escondes tus mieles/ mieles que
busco y no hallo/ quiero ser dueño del
hacha/ morir meliando en tus tallos”.
Solistas y conjuntos folclóricos desparraman
sus letras por todo el país.
Felipe Corpos no era poeta pero “Santiago
Lucero”, su seudónimo, sí.
El culto a la amistad
supo hacer de la amistad el culto donde
oficiaba la más fina y excelsa virtud del ser
humano” (Guido Orlando Ávila)
- “Que me digan que ya no estás conmigo
y que me hacen llorar los viejos recuerdos.
Que me digan, Felipe, de tu alta noche junto
al vestigio de mi mesa que está sola y te
espera, que me digan, Felipe,... que me digan:
“Ama súa,... ama llulla... ama ckella”.
(Felipe Rojas)
- Amigo Felipe Corpos/en las noches ginebreras/
tu sombra ha de estar presente/en
las cajas vidaleras/o en el sonar de guitarras/
embriagando chacareras. (Cacho Lobo)
- Cuando las manos cansadas de tanto escribir
en vano, pulsen cuerdas de guitarra
y digan coplas de “aquél” que fue más que
amigo; Hermano... Felipe... Hermano. (María
Rosa Frágola)
- El Felipe que yo conocí, que conocimos
muchos, es ése que prevalecerá por mucho
tiempo en nuestras mentes, el de la
sonrisa espontánea que partía de adentro,
era el mensaje de su identidad limpia,
saludable, fresca, hasta ingenua. (Alfredo
Pelaez)
Felipe Corpos, el que en vida fuera el reivindicador
de la vidala, el hijo de la mesopotamia
quichua, el hermano mayor de los
catorce departamentos quichuas de Santiago,
el bohemio, el payador, el estudioso
incansable, el que permanentemente
estaba abocado a la nobilísima tarea
de rescatar costumbres, tradiciones, coplas,
esencias del hombre quichua. (Revista
Folclore)