Una mujer perdió su trabajo porque necesitaba tener sexo 10 veces al día
Desde hacer el amor con extraños en los sitios más insólitos hasta amanecer lejos de su casa sin poder recordar la cara de su amante de pocas horas atrás.
Sami Walton (29), residente en Berkshire, Reino Unido tiene un problema que la persigue. En la última semana todos los medios de comunicación hablaron de ella, luego de la entrevista que le realizó el Sunday People en la que contó a fondo su historia.
A los 20 y luego de cortar con un novio de varios años, algo en su sexualidad cambió. Empezó a sentir una ansiedad muy fuerte que la llevaba a mantener sexo casual con hombres y mujeres. A todas horas, en cualquier lugar, sin discriminación. "Algunas tardes no tenía nada que hacer y me iba a un bar, pedía una copa y me sentaba a esperar hasta que encontraba a alguien para llevármelo a la cama”, confesó en la entrevista.
Desde hacer el amor con extraños en los sitios más insólitos hasta amanecer lejos de su casa sin poder recordar la cara de su amante de pocas horas atrás.
Todas estas conductas extremas la llevaron a alejarse de sus amigos y a perder el trabajo. "Las cosas se me fueron de control completamente. Espanté a mis amigos porque todo lo que me importaba era el sexo. Tenía una lista de gente con la que me acostaba regularmente, los llamaba ‘amigos con beneficios’, pero también dormía con extraños. Sé que me expuse a situaciones de mucha peligrosidad porque me iba a casa con personas que no conocía en absoluto”.
Cuando comenzó a llamar a su jefe desde la distancia para avisarle que no iría a trabajar, terminó, lógicamente, perdiendo su trabajo. Aunque él comprendió su adicción, no pudo seguir pagándole por una tarea que no cumplía. La vida se volvió más compleja y el tamaño de su adicción se le reveló en toda su peligrosidad.
"Ninguno de mis novios anteriores pudo soportarlo”, dice Sami. Pero James, al parecer, tenía un ritmo sexual que parecía satisfacerla. Cuenta él en la misma entrevista: "Al principio creía que me había sacado la lotería. Pero ahora veo que es sumamente agotador. Con todo, intento ser comprensivo”, explica.