Les rompían los huesos a indigentes por $400 para simular accidentes
La organización tenía roles bien definidos; unos se encargaban de reclutar personas indigentes, otros de romperle los huesos, otros de fingir los accidentes, y otros de demandar a las aseguradoras.
La trama fue descubierta por Patronal Seguros de Quilmes. Se cansaron de pagar siniestros que repetían características y mismos actores.
Lo que le llamo la atención a los detectives de Patronal Seguros fue que todas las demandas pertenecían a accidentes ocurridos de noche, en la misma zona geográfica, y siempre con ciclistas embestidos. El otro dato extraño fue que todos los ciclistas eran representadas por el mismo abogado, Alejandro Tampalini.
Esta historia llegó a juicio. La fiscal Alejandra Fernández Philbert logró acreditar toda la operatoria. La banda captaba indigentes, les ofrecía $3 mil para romperle huesos, y luego de realizada la práctica, sólo les pagaban $400 por lesión.
Con la operatoria de rompehuesos llevada adelante, la banda simulaba accidentes con un presta-auto que "operaba" para la banda y que estaba asegurado por Patronal Seguros. En una esquina montaban el accidente, lo teatralizaban.
El indigente "era impactado" por el auto, se llamaba a la policía, a un médico y se dejaba constancia del siniestro y de "la supuesta lesión" que tenía el embestido.
Entonces, con la intervención de Tampalini, se demandaba a la aseguradora del presta-autos y se ganaban litigios por $40 mil.
La banda repartía las ganancias. Al que menos le daban era al indigente al que le quebraban los huesos. Si se quejaba, amenazaban con matarlo.
La jueza Yrigoyen de Quilmes condenó a Tampalini a la pena de 5 años y 8 meses de cárcel y a 6 años de inhabilitación para ejercer en el cargo.
En el caso del presta-auto, la pena fue de dos años en suspenso. Los reclutadores y los rompehuesos terminaron condenados a penas en suspenso.