RECUERDOS

La peor inundación que sufrió Santiago fue en el año 1974

La crónica de aquella época recuerda que fueron nueve días de angustia que quedó marcado a fuego en las retina de aquellos que nunca olvidarán el impacto que tuvo la inundación de febrero de 1974, con más de 500 milímetros de precipitación en gran parte de la ciudad. El devastador temporal que azotó también en otras zonas de la provincia durante nueve días, dejó un saldo de tres muertos y una cifra superior a los 95.000 evacuados en todo el territorio. Así como la capital santiagueña, numerosas localidades del interior provincial ubicadas a la vera del Río Dulce sufrieron el embate de la crecida. La persistente lluvia que se extendió por más de una semana dejó incomunicada a muchas familias, ya que había caído el 50% de las líneas telefónicas y telegráficas, y el ferrocarril suspendió sus movimientos debido a que las vías estaban inundadas y los colectivos dejaron de circular por varias horas. Una de las ciudades también más complicadas fue Clodomira, donde se registraron 140 milímetros en un día, mientras que en Añatuya, al cabo de cinco días de precipitaciones, más de 150 familias se quedaron sin casas y tuvieron que alojarse en vagones y escuelas. En Forres, 80 familias buscaron refugio bajo los árboles y siete poblaciones cercanas a Herrera quedaron aisladas. En la Capital, la situación se tornada más crítica por los casi 200 mm de lluvia caída en 24 horas, declarándose zona de emergencia a los barrios Colón, Rivadavia, Sarmiento, Pacará, Juan XXIII y 8 de Abril, por lo que obreros municipales debieron construir canales de desagüe para escurrir el agua que superaba el metro de altura. Aquel 14 de febrero de 1974, EL LIBERAL destacaba entre sus páginas que "los daños alcanzaban dimensión de calidad pública" y las pérdidas alcanzaban a la producción agrícola, con más de 15 mil evacuados en la Capital y La Banda, y otros tantos en el interior provincial. En nueve días, se registraron 462 milímetros de lluvia caída en toda la provincia, y se produjeron los desbordes de los dos ríos: Salado y Dulce. A medida que pasaban las horas, se incrementaba el número de evacuados en la Capital e interior, llegando a totalizar casi 100.000 personas que tuvieron que ser alojadas en escuelas, clubes y edificios militares. Como un alivio, la catástrofe vivida en la provincia recién cesó un 16 de febrero de 1974, después de más de 211 horas de lluvia. l
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