Profanaron una tumba y el féretro apareció en un campo de Beltrán
Las hipótesis van desde el robo de cuerpos para estudiantes de medicina, hasta prácticas noctámbulas de magia negra.
FERNÁNDEZ, Robles (C) Una automovilista ayer encontró un ataúd que habría sido profanado del cementerio y arrojado en un camino vecinal, distante 300 metros de la ruta nacional 34 detrás de un parador.
De inmediato, personal de la Seccional 35 puso en conocimiento a sus pares de la Subcomisaría Nº 46 de Beltrán, alertándolos sobre el llamado anónimo.
Minutos después, los policías se dirigieron al lugar y se dieron con el macabro hallazgo.
Encontraron un ataúd de madera, color marrón, oculto entre los fachinales de un camino de tierra.
Según los investigadores, el féretro estaba abierto; la tapa, con machas de un líquido marrón negro, había sido tirada a un costado.
Se sabe que no había ningún cadáver en las inmediaciones, pero sí huellas de una camioneta en el que presuntamente habría sido trasladado el cajón hasta el lugar.
El fiscal interviniente, Dr. Juan Allende, por disposición del juez de turno Ramón Gómez ordenó que personal de la División Criminalistica efectúe un relevamiento planimétrico y fotográfico y que una vez terminadas las pericias de rigor, el féretro quede depositado en el cementerio de Beltrán.
Extraoficialmente, se supo que las hipótesis señalan que se teme del robo del cadáver para ser entregado a estudiantes de medicina; la otra variante arriesga que la profanación habría sido obra de personajes ligados a la magia negra.
De inmediato, personal de la Seccional 35 puso en conocimiento a sus pares de la Subcomisaría Nº 46 de Beltrán, alertándolos sobre el llamado anónimo.
Minutos después, los policías se dirigieron al lugar y se dieron con el macabro hallazgo.
Encontraron un ataúd de madera, color marrón, oculto entre los fachinales de un camino de tierra.
Según los investigadores, el féretro estaba abierto; la tapa, con machas de un líquido marrón negro, había sido tirada a un costado.
Se sabe que no había ningún cadáver en las inmediaciones, pero sí huellas de una camioneta en el que presuntamente habría sido trasladado el cajón hasta el lugar.
El fiscal interviniente, Dr. Juan Allende, por disposición del juez de turno Ramón Gómez ordenó que personal de la División Criminalistica efectúe un relevamiento planimétrico y fotográfico y que una vez terminadas las pericias de rigor, el féretro quede depositado en el cementerio de Beltrán.
Extraoficialmente, se supo que las hipótesis señalan que se teme del robo del cadáver para ser entregado a estudiantes de medicina; la otra variante arriesga que la profanación habría sido obra de personajes ligados a la magia negra.