La historia de José Luis Gómez: de La Banda a la Primera de Racing Club
Se crió en el barrio 25 de Mayo de La Banda, en el seno de una familia muy humilde. Pero no por eso José Luis Gómez dejó de soñar. De chiquito tuvo a la pelota como su juguete preferido y, por condiciones y perseverancia, cumplió su sueño: llegar al fútbol grande. Y anoche tuvo su esperado debut en la Primera de Racing Club.
EL LIBERAL dialogó ayer en exclusiva con el lateral derecho, antes de su estreno en La Academia, y contó su historia.
“Yo jugaba en la escuelita de mi papá, en el barrio 25 de Mayo de La Banda. Ahí lo conocí a Mario Cáceres y me llevó a Albito. Estuve allí hasta los 12 años. Salió una prueba para Quilmes y me seleccionaron, vine con mi papá y me quedé en una pensión del club. Hice las Inferiores y estuve cinco años. Después quedé libre y dejé de jugar un año. A los 17 me fui a probar a San Lorenzo, pero justo cuando estaba por firmar cambiaron los coordinadores de Inferiores, así que de los que estábamos a prueba no quedamos ninguno”, relató.
Pero los sinsabores en el Cervecero y el Ciclón no intimidaron al “Pela” para que bajara los brazos. Al contrario, lo fortalecieron. “Estuve una semana parado y mi representante, Alejandro Demichelis, me llamó y me dijo que tenía una prueba en Racing. Estuve una semana a prueba, jugué un amistoso con Estudiantes de La Plata y quedé. Estuve 4 ó 5 meses en quinta y me subieron a Reserva. Éste es mi tercer año en Racing y el primero en la Primera”, continuó el bandeño.
José Luis tiene una familia numerosa, compuesta por su padre, madre y 11 hermanos (2 ya fallecieron). Desde hace 9 años viven todos juntos en Buenos Aires (Villa Lugano), pero él guarda como un tesoro sus recuerdos de la infancia en La Banda y en la escuelita de Mario Cáceres. “Tengo muchos recuerdos lindos, soy humilde como todos. Me acuerdo que mi viejo no tenía plata para pagarme los viajes a los torneos nacionales, pero Mario me llevaba y yo no ponía un peso. Los padres de los otros chicos colaboraban, siempre se portaron muy bien conmigo”, recordó.
Racing
“El primer año me tuve que acostumbrar, pero me adapté muy rápido. Conocí muy buenas personas y me trataron muy bien”, dijo al recordar su llegada a Racing, en el 2010. Y lamentó la salida de Luis Zubeldía y su cuerpo técnico: “Ellos son los que me subieron a Primera. Yo estaba muy bien con ellos, me tenían confianza y me hablaban mucho. Aprendí un montón con ellos. El vestuario estaba muy triste cuando nos enteramos que se iban”.
Se define como “un lateral con proyección y buen manejo de pelota”, sabe que, por la enfermedad de Pillud podrá ganarse minutos, pero “tengo que demostrarle al técnico que venga”.
“Desde chico soñé con tener la posibilidad de jugar en un club grande. Gracias a Dios ahora la tengo y la estoy aprovechando a full”, cerró.l
EL LIBERAL dialogó ayer en exclusiva con el lateral derecho, antes de su estreno en La Academia, y contó su historia.
“Yo jugaba en la escuelita de mi papá, en el barrio 25 de Mayo de La Banda. Ahí lo conocí a Mario Cáceres y me llevó a Albito. Estuve allí hasta los 12 años. Salió una prueba para Quilmes y me seleccionaron, vine con mi papá y me quedé en una pensión del club. Hice las Inferiores y estuve cinco años. Después quedé libre y dejé de jugar un año. A los 17 me fui a probar a San Lorenzo, pero justo cuando estaba por firmar cambiaron los coordinadores de Inferiores, así que de los que estábamos a prueba no quedamos ninguno”, relató.
Pero los sinsabores en el Cervecero y el Ciclón no intimidaron al “Pela” para que bajara los brazos. Al contrario, lo fortalecieron. “Estuve una semana parado y mi representante, Alejandro Demichelis, me llamó y me dijo que tenía una prueba en Racing. Estuve una semana a prueba, jugué un amistoso con Estudiantes de La Plata y quedé. Estuve 4 ó 5 meses en quinta y me subieron a Reserva. Éste es mi tercer año en Racing y el primero en la Primera”, continuó el bandeño.
José Luis tiene una familia numerosa, compuesta por su padre, madre y 11 hermanos (2 ya fallecieron). Desde hace 9 años viven todos juntos en Buenos Aires (Villa Lugano), pero él guarda como un tesoro sus recuerdos de la infancia en La Banda y en la escuelita de Mario Cáceres. “Tengo muchos recuerdos lindos, soy humilde como todos. Me acuerdo que mi viejo no tenía plata para pagarme los viajes a los torneos nacionales, pero Mario me llevaba y yo no ponía un peso. Los padres de los otros chicos colaboraban, siempre se portaron muy bien conmigo”, recordó.
Racing
“El primer año me tuve que acostumbrar, pero me adapté muy rápido. Conocí muy buenas personas y me trataron muy bien”, dijo al recordar su llegada a Racing, en el 2010. Y lamentó la salida de Luis Zubeldía y su cuerpo técnico: “Ellos son los que me subieron a Primera. Yo estaba muy bien con ellos, me tenían confianza y me hablaban mucho. Aprendí un montón con ellos. El vestuario estaba muy triste cuando nos enteramos que se iban”.
Se define como “un lateral con proyección y buen manejo de pelota”, sabe que, por la enfermedad de Pillud podrá ganarse minutos, pero “tengo que demostrarle al técnico que venga”.
“Desde chico soñé con tener la posibilidad de jugar en un club grande. Gracias a Dios ahora la tengo y la estoy aprovechando a full”, cerró.l