La historia desconocida de Sonia Marisol, la víctima del horror en Coronel Suárez
En exclusiva, la familia de la víctima contó a LA NACION cómo se inició la relación con la periodista Estefanía Heit y su pareja Jesús Olivera; una historia de engaños y abusos.
Mientras sus secuestradores dormían, Sonia rompió un ventiluz de la habitación que la tenía como prisionera y corrió como pudo hasta la calle, rogando que el ladrido de los perros no la delatara. Alarmados por su estado físico, las primeras personas que pasaron por el lugar no quisieron ayudarla, pero finalmente un taxi frenó y la llevó en busca de ayuda.
Así finalizó para Sonia Marisol Molina una tormenta de casi 90 días en los que fue abusada, golpeada y alimentada únicamente con polenta, comida para perros y menos de un vaso de agua por día. Sus presuntos captores, Jesús Olivera y la periodista de Coronel Suárez Estefanía Heit, hicieron que Sonia perdiera más de 20 kilos durante el tiempo que pasó en cautiverio.
Sin embargo, el camino hasta allí había empezado antes, a principio de año. En aquel momento, según contó a LA NACION Mónica, la madre de la víctima, Jesús llegó a Río Colorado, donde Sonia vivía con su hija de 10 años.
El hombre se presentó como un pastor con múltiples proyectos solidarios. Con ese discurso consiguió alojamiento en la casa de Silvia Molina, hermana de Sonia.
Días más tarde, el hombre se mudó a la casa de Sonia y allí se inició una extraña relación a base de mentiras y manipulación. Por el carisma del supuesto pastor, la mujer comenzó a alejarse de su familia e incluso su pequeña hija, según cuenta la familia, le escribía cartas a su madre para que se aparte de él.
Bajo falsas promesas de crear una nueva iglesia, Jesús logró que Sonia vendiera su casa dos veces. El dinero nunca apareció y la iglesia jamás existió. La Justicia investiga el fraude.
En mayo, Jesús le prometió a Sonia que la ayudaría a cumplir su sueño de estudiar abogacía. Le dijo que su esposa era abogada y que podría facilitar sus estudios en La Pampa. Entusiasmada, Sonia dejó Río Colorado y fue tras él. Su pequeña hija no la quiso acompañar y se quedó con su padre. "Para Sonia, ese hombre era Dios", recuerda su madre.
Nunca llegaron a La Pampa. Durante los siguientes seis meses la mujer vivió en Coronel Suárez; los primeros tres meses trabajó como empleada doméstica en la casa donde pidió ayuda cuando se escapó. Durante ese período habló muy poco con su familia, hasta que en un momento las conversaciones cesaron. Sólo había mensajes de texto esporádicos. Más tarde, la familia se daría cuenta de que esos SMS eran enviados por Jesús desde el celular de Sonia. Ya estaba en cautiverio.
Abusos y videos
Fueron casi tres meses los que Sonia estuvo como prisionera, alimentada con una mezcla de polenta y comida para perros. Según el informe médico, bebía menos de un vaso de agua por día y perdió más de 20 kilos.
Además, sufrió fuertes golpes en todo el cuerpo y fue abusada sexualmente en incontables oportunidades. Según cuenta la familia de la víctima, en el celular de Estefanía Heit se habrían encontrado más de 70 videos en los que se ve a Sonia y se escucha a la periodista decir frases como "ves que te hacés encima" o "no aguantás nada".
Luego de tres meses de tortura, Sonia logró liberarse en medio de la noche y, como pudo, recuperó la libertad..
Fuente | lanacion.com.ar
Así finalizó para Sonia Marisol Molina una tormenta de casi 90 días en los que fue abusada, golpeada y alimentada únicamente con polenta, comida para perros y menos de un vaso de agua por día. Sus presuntos captores, Jesús Olivera y la periodista de Coronel Suárez Estefanía Heit, hicieron que Sonia perdiera más de 20 kilos durante el tiempo que pasó en cautiverio.
Sin embargo, el camino hasta allí había empezado antes, a principio de año. En aquel momento, según contó a LA NACION Mónica, la madre de la víctima, Jesús llegó a Río Colorado, donde Sonia vivía con su hija de 10 años.
El hombre se presentó como un pastor con múltiples proyectos solidarios. Con ese discurso consiguió alojamiento en la casa de Silvia Molina, hermana de Sonia.
Días más tarde, el hombre se mudó a la casa de Sonia y allí se inició una extraña relación a base de mentiras y manipulación. Por el carisma del supuesto pastor, la mujer comenzó a alejarse de su familia e incluso su pequeña hija, según cuenta la familia, le escribía cartas a su madre para que se aparte de él.
Bajo falsas promesas de crear una nueva iglesia, Jesús logró que Sonia vendiera su casa dos veces. El dinero nunca apareció y la iglesia jamás existió. La Justicia investiga el fraude.
En mayo, Jesús le prometió a Sonia que la ayudaría a cumplir su sueño de estudiar abogacía. Le dijo que su esposa era abogada y que podría facilitar sus estudios en La Pampa. Entusiasmada, Sonia dejó Río Colorado y fue tras él. Su pequeña hija no la quiso acompañar y se quedó con su padre. "Para Sonia, ese hombre era Dios", recuerda su madre.
Nunca llegaron a La Pampa. Durante los siguientes seis meses la mujer vivió en Coronel Suárez; los primeros tres meses trabajó como empleada doméstica en la casa donde pidió ayuda cuando se escapó. Durante ese período habló muy poco con su familia, hasta que en un momento las conversaciones cesaron. Sólo había mensajes de texto esporádicos. Más tarde, la familia se daría cuenta de que esos SMS eran enviados por Jesús desde el celular de Sonia. Ya estaba en cautiverio.
Abusos y videos
Fueron casi tres meses los que Sonia estuvo como prisionera, alimentada con una mezcla de polenta y comida para perros. Según el informe médico, bebía menos de un vaso de agua por día y perdió más de 20 kilos.
Además, sufrió fuertes golpes en todo el cuerpo y fue abusada sexualmente en incontables oportunidades. Según cuenta la familia de la víctima, en el celular de Estefanía Heit se habrían encontrado más de 70 videos en los que se ve a Sonia y se escucha a la periodista decir frases como "ves que te hacés encima" o "no aguantás nada".
Luego de tres meses de tortura, Sonia logró liberarse en medio de la noche y, como pudo, recuperó la libertad..
Fuente | lanacion.com.ar