Martín Bossi: "El escenario me acerca a Dios"
El actor se luce en un espectáculo donde imita desde Luis Miguel hasta Charly García. Ratifica su idilio con el público, aquel que obtuvo cuando formó parte de la factoría de Marcelo Tinelli y, noche a noche, divierte y emociona a miles de personas. EL LIBERAL habló con Martín Bossi sobre este presente.
Creyente y apasionado. Defensor de la familia e imitador respetuoso de celebridades del mundo, Martín Bossi es un artista privilegiado que apostó, desde siempre, a transformarse en otros y ganó. Triunfó cuando estuvo con Marcelo Tinelli y ahora lo hace con un muy buen espectáculo.
Despojado de las máscaras que utiliza para interpretar a Luis Miguel, Cacho Castaña, Sandro, Andrés Calamaro, Joaquín Sabina y Charly García, Bossi concedió una entrevista exclusiva a EL LIBERAL.
En El Impostor Apasionado estás más tiempo sin máscaras. ¿Es momento de hacer conocer al Martín Bossi real?
Es hermoso ser uno mismo. Es un tránsito. Por ese camino lo estoy emprendiendo. Estoy contento.
¿Qué le permite decir a Martín Bossi detrás de una máscara y, luego, sin ella?
Primero, elegí imitar por la mímesis misma, que es una rama de la actuación. Es lo que más tenía a mano. Ahora, no me queda tan a mano. Voy a seguir siendo eso pero, también, está bueno empezar a abordar otras formas de expresarse. Son formas de expresión. Algunos lo hacen con la guitarra, otros pintando y yo copiando, en principios. Y, ahora, empezando a copiar con más contenido.
De todos los personajes que haces en El Impostor Apasionado, sobresalen Charly García (caracterizado) y Sandro (sin caracterizaciones).
Son mis grandes ídolos, como también lo son Diego Armando Maradona, Carlos Gardel y Enrique Santos Discépolo. Crecí con ellos. Viví intensamente mi juventud nutriéndome de Charly y de Sandro. Empecé mi carrera haciendo imitaciones de Sandro. Como habrás visto, cierro El Impostor Apasionado sólo en pantalón largo y el torso desnudo cantando esa bellísima canción de El Maniquí.
¿Qué siente Martín Bossi cuando se transforma en Maradona, Gardel, Discépolo, Charly, Sandro, Calamaro, Fito, Sabina y el gran Cacho Castaña?
Vibrar como vibran ellos. Ellos vibran en una sintonía. Cuando uno se pone en la piel de ellos, me doy cuenta de cómo vibraban ellos. Lo hago desde el respeto y la admiración que les tengo. Estoy feliz de ser ellos aunque sea por unos minutos. Son seres humanos que me ayudan a justificar mi existencia por el arte.
Dicen que el arte tiene un efecto tremendamente liberador.
Me libera y me salva y me acerca a Dios. La creación me acerca a Dios. Es sublime. Es como renacer cada día.
¿De qué manera renaces en cada función?
El escenario me da eso, me brinda esa oportunidad de renacer, crecer y ser mejor persona todos los días. Y, al escenario, no lo cambio por nada. Es maravilloso. Estar en el escenario es el único momento en que me encuentro mucho más cerca de Dios.
En un momento de tu show invocas a tu padre y expresas.”¡Cuantas veces te imité, papá”...
Es agradecerle por la libertad con que me ha criado. Es también agradecerles a todos mis familiares que no están. Yo soy muy creyente. Sé que me están mirando y deben estar contentos porque hago reír a la gente o, por lo menos, lo intento.
¿Esa mímesis de la que me hablabas inicialmente te hizo sentir realizado y querido?
Muy querido. Yo necesito ser querido. Así que, yo hago esto para que me quieran. En todos mis shows hablo de mi vida. Es algo que practico, que es el camino de la verdad. Soy un apasionado y me cuesta vivir sin máscaras. Quiero empezar a transitar el camino de dejar de parecerme para empezar a ser.
Y Vivian Jaber, en su papel de profesora de teatro, te hace revivir, por parafrasear a Sandro, ‘ese loco amor’ por la actuación
Es ella quien está buscando al Martín Bossi auténtico. Es la que me quita la máscara y me deja al desnudo cantando El Maniquí de Sandro.
Despojado de las máscaras que utiliza para interpretar a Luis Miguel, Cacho Castaña, Sandro, Andrés Calamaro, Joaquín Sabina y Charly García, Bossi concedió una entrevista exclusiva a EL LIBERAL.
En El Impostor Apasionado estás más tiempo sin máscaras. ¿Es momento de hacer conocer al Martín Bossi real?
Es hermoso ser uno mismo. Es un tránsito. Por ese camino lo estoy emprendiendo. Estoy contento.
¿Qué le permite decir a Martín Bossi detrás de una máscara y, luego, sin ella?
Primero, elegí imitar por la mímesis misma, que es una rama de la actuación. Es lo que más tenía a mano. Ahora, no me queda tan a mano. Voy a seguir siendo eso pero, también, está bueno empezar a abordar otras formas de expresarse. Son formas de expresión. Algunos lo hacen con la guitarra, otros pintando y yo copiando, en principios. Y, ahora, empezando a copiar con más contenido.
De todos los personajes que haces en El Impostor Apasionado, sobresalen Charly García (caracterizado) y Sandro (sin caracterizaciones).
Son mis grandes ídolos, como también lo son Diego Armando Maradona, Carlos Gardel y Enrique Santos Discépolo. Crecí con ellos. Viví intensamente mi juventud nutriéndome de Charly y de Sandro. Empecé mi carrera haciendo imitaciones de Sandro. Como habrás visto, cierro El Impostor Apasionado sólo en pantalón largo y el torso desnudo cantando esa bellísima canción de El Maniquí.
¿Qué siente Martín Bossi cuando se transforma en Maradona, Gardel, Discépolo, Charly, Sandro, Calamaro, Fito, Sabina y el gran Cacho Castaña?
Vibrar como vibran ellos. Ellos vibran en una sintonía. Cuando uno se pone en la piel de ellos, me doy cuenta de cómo vibraban ellos. Lo hago desde el respeto y la admiración que les tengo. Estoy feliz de ser ellos aunque sea por unos minutos. Son seres humanos que me ayudan a justificar mi existencia por el arte.
Dicen que el arte tiene un efecto tremendamente liberador.
Me libera y me salva y me acerca a Dios. La creación me acerca a Dios. Es sublime. Es como renacer cada día.
¿De qué manera renaces en cada función?
El escenario me da eso, me brinda esa oportunidad de renacer, crecer y ser mejor persona todos los días. Y, al escenario, no lo cambio por nada. Es maravilloso. Estar en el escenario es el único momento en que me encuentro mucho más cerca de Dios.
En un momento de tu show invocas a tu padre y expresas.”¡Cuantas veces te imité, papá”...
Es agradecerle por la libertad con que me ha criado. Es también agradecerles a todos mis familiares que no están. Yo soy muy creyente. Sé que me están mirando y deben estar contentos porque hago reír a la gente o, por lo menos, lo intento.
¿Esa mímesis de la que me hablabas inicialmente te hizo sentir realizado y querido?
Muy querido. Yo necesito ser querido. Así que, yo hago esto para que me quieran. En todos mis shows hablo de mi vida. Es algo que practico, que es el camino de la verdad. Soy un apasionado y me cuesta vivir sin máscaras. Quiero empezar a transitar el camino de dejar de parecerme para empezar a ser.
Y Vivian Jaber, en su papel de profesora de teatro, te hace revivir, por parafrasear a Sandro, ‘ese loco amor’ por la actuación
Es ella quien está buscando al Martín Bossi auténtico. Es la que me quita la máscara y me deja al desnudo cantando El Maniquí de Sandro.