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Trastorno de identidad disociativo (tid) = trastorno de personalidad múltiple

17/06/2017 21:13 Santiago
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Trastorno de identidad disociativo (tid) = trastorno de personalidad múltiple Trastorno de identidad disociativo (tid) = trastorno de personalidad múltiple

El trastorno de identidad disociativo, antes conocido

como trastorno de personalidad múltiple, se observa

en la persona que está bajo el control de dos

identidades distintas de forma alternativa. Además,

la persona no puede recordar información que normalmente

recordaba fácilmente, como los acontecimientos

cotidianos, información personal importante

y/o acontecimientos traumáticos o estresantes.

n Un acontecimiento altamente estresante

ocurrido durante la infancia puede impedir en algunos

niños la integración de sus experiencias en una

identidad única.

n La persona tiene dos o más identidades y

presenta lagunas de memoria para los acontecimientos

cotidianos, información personal importante y

acontecimientos traumáticos o estresantes, así como

muchos otros síntomas, como depresión y ansiedad.

n A través de la realización de una meticulosa

entrevista neuropsicológica y de cuestionarios especiales,

a veces facilitados mediante hipnosis o sedantes,

el neuropsicólogo obtiene la información necesaria

para establecer el diagnóstico de este trastorno.

n La psicoterapia puede favorecer la integración

de las identidades o, por lo menos, lograr la cooperación

de las identidades existentes.

Se desconoce el número de personas con trastorno

disociativo de la identidad. Según uno de los

estudios realizados, anualmente alrededor de un

1,5% de las personas sufren el trastorno.

El trastorno de identidad disociativo puede presentar

las formas siguientes:

Posesión

No posesión

En la forma de posesión, las diferentes identidades

de la persona aparecen como si se tratara de un

agente externo que ha tomado el control de la persona.

Este agente externo puede ser descrito como

un ser sobrenatural o un espíritu, pero a veces es

otra persona. En todos los casos, las personas hablan

y actúan de manera muy diferente a la que lo hacen

normalmente. En el trastorno de identidad disociativo,

la identidad alternativa no es deseada, provoca

una angustia y un deterioro importantes y aparece

en momentos y lugares que no son apropiados

para la situación social, la cultura y/o la religión de la

persona.

Las formas de no posesión tienden a ser menos

evidentes para los demás. La persona puede notar

una alteración repentina en su sentido de sí misma,

tal vez sintiéndose como si fuera observadora de su

propio discurso, emociones y acciones, en lugar de

ser el agente.

Causas : El trastorno de identidad disociativo

suele aparecer en personas que sufrieron una

tensión emocional abrumadora durante la infancia.

En los Estados Unidos, Canadá y Europa, alrededor

del 90% de las personas con este trastorno han sido

víctimas de maltrato grave (físico, sexual o emocional)

o han sido abandonadas durante la infancia.

A medida que se desarrollan, los niños deben

aprender a integrar diversos y complicados tipos de

información y experiencias en una única identidad

personal cohesionada y compleja. El abuso sexual y

físico que se produce en la infancia, cuando la identidad

personal está en desarrollo, puede tener efectos

duraderos sobre la capacidad de la persona para

construir una identidad única, especialmente cuando

los abusadores son los progenitores o los cuidadores.

Sin embargo, si estos niños en situación de vulnerabilidad

son suficientemente protegidos y contenidos

psicológicamente por adultos que verdaderamente

se preocupen por ellos, es menos probable

que desarrollen un trastorno de identidad disociativo.

Síntomas: El trastorno de identidad disociativo

tiene un curso crónico y es potencialmente

incapacitante, aunque muchas personas consiguen

tener un buen nivel de funcionamiento y conducen

sus vidas de manera creativa y productiva.

Existen varios síntomas característicos.

Más de una identidad

Las personas con este trastorno pueden sentirse

desconectadas de algunos aspectos de sí mismos

(una enfermedad llamada despersonalización), como

si se estuvieran viendo a sí mismos en una película

o como si estuvieran viendo una persona diferente.

De repente pueden pensar, sentir, decir y hacer cosas

que no pueden controlar y que no parece que les

pertenezcan. Las actitudes, opiniones y preferencias

(por ejemplo, en cuanto a comida, ropa o intereses)

pueden cambiar repentinamente para volver a

cambiar a continuación.

La persona puede pensar que su cuerpo se nota

diferente (por ejemplo, como el de un niño pequeño

o una persona del sexo opuesto) y que su cuerpo no

les pertenece. Pueden referirse a sí mismos en primera

persona del plural (nosotros) o en tercera persona

(él, ella, ellos), a veces sin saber por qué.

Aunque estos síntomas son subjetivos, muchos

de ellos pueden ser observados por los demás.

Algunas de las personalidades conocen importante

información personal que desconocen las

otras personalidades. Algunas personalidades parecen

conocerse e interaccionar entre sí en un complejo

mundo interior. Por ejemplo, la personalidad A

puede ser consciente de la existencia de la personalidad

B y saber lo que hace B, como si estuviera observando

el comportamiento de B. La personalidad B

puede ser o no ser consciente de la personalidad A,

y lo mismo puede ocurrir con las otras personalidades.

La alternancia entre distintas personalidades y

el desconocimiento de las conductas que provocan

suele hacer que la vida de la persona sea caótica.

Como las identidades interactúan entre sí, las personas

afectadas pueden referir que escuchan voces.

Las voces pueden ser conversaciones internas

entre las distintas identidades o pueden dirigirse a la

persona directamente, a veces haciendo comentarios

sobre su comportamiento. Varias voces pueden

hablar al mismo tiempo, produciéndose mucha confusión.

Las personas con trastorno de identidad disociativo

también experimentan intrusiones de identidades,

voces o recuerdos en sus actividades cotidianas.

Por ejemplo, en el trabajo, una identidad enojada

puede gritar de repente a un compañero de trabajo

o a un jefe.

Amnesia

La amnesia puede incluir lo siguiente:

vLagunas en la memoria de acontecimientos

personales pasados: por ejemplo, la persona puede

dejar de recordar ciertos períodos de tiempo durante

la infancia o la adolescencia.

vFallos en la memoria de los acontecimientos

cotidianos actuales y habilidades bien aprendidas:

por ejemplo, la persona puede olvidar temporalmente

cómo utilizar un ordenador.

v El descubrimiento de la evidencia de cosas

que han hecho pero que no recuerdan haber hecho.

vLas personas afectadas pueden tener la sensación

de que todo un periodo de tiempo ha quedado

en blanco.

vDespués de un episodio de amnesia, es posible

que descubran objetos en los armarios de su hogar

o muestras de escritura a mano que no pueden

explicar o reconocer. También pueden encontrarse

en lugares distintos a los que recuerdan haber estado

por última vez y desconocer cómo y por qué razón

están allí.

Otros síntomas

Por ejemplo, la tristeza puede indicar la presencia

de una depresión coexistente, pero también reflejar

el hecho de que una de las personalidades esté

reviviendo emociones asociadas a desgracias que

acontecieron en el pasado.

Son propensas a hacerse daño a sí mismas. Son

frecuentes el abuso de sustancias, los episodios de

automutilación y el comportamiento suicida (pensamientos

de suicido e intentos de llevarlo a cabo);

también aparece con frecuencia disfunción sexual.

Al igual que muchas personas con un historial de

maltrato, pueden buscar o mantenerse en situaciones

peligrosas y son vulnerables a volver a sufrir un

acontecimiento traumático.

Además de escuchar voces de otras identidades,

la persona puede sufrir otros tipos de alucinaciones

(visuales, táctiles, olfativas o del gusto). Las alucinaciones

pueden ocurrir como parte de una imagen retrospectiva.

Diagnóstico: Evaluación por un neuropsicólogo,

psicólogo clínico, neurólogo y/o un psiquiatra.

Los neuropsicólogos llevan a cabo una minuciosa

entrevista psicológica-cognitiva y emplean cuestionarios

especiales con el fin de identificar el trastorno

de identidad disociativo y para descartar otros

trastornos de salud mental. También se puede pedir

la realización de una exploración clínica para determinar

si existe algún trastorno orgánico que pueda

explicar ciertos síntomas.

Pronóstico: Algunos síntomas pueden

aparecer y desaparecer de manera espontánea, pero

el trastorno de identidad disociativo no se resuelve

por sí solo. El grado de recuperación depende de

los síntomas y de las características personales,

así como de la calidad y la duración del tratamiento

que reciben. Por ejemplo, las personas que padecen

otros trastornos mentales graves, que no tienen

un buen nivel de funcionamiento en su vida, o que siguen

profundamente apegados a sus agresores evolucionan

peor. Pueden requerir un tratamiento más

prolongado y las posibilidades de éxito terapéutico

son menores. l

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