Cinco aviones Mirage se sumaron a la lucha contra el narcotráfico en Santiago Cinco aviones Mirage se sumaron a la lucha contra el narcotráfico en Santiago
En la práctica, significa que se reforzará la dotación de aeronaves destinadas al control del espacio aéreo en una amplia región del Norte del país para combatir principalmente el narcotráfico.
En un primer momento, en julio pasado cuando la presidenta Cristina Fernández de Kirchner puso en funcionamiento el plan de control integral con un radar primario de tres dimensiones, fueron destacados tres cazas Pucará.
Posteriormente, fueron reemplazados por la misma cantidad de otro de los productos de la ex Fábrica Militar de Aviones con sede en la ciudad de Córdoba, el IA 63 Pampa.
Ahora es el turno de los cazabombarderos originarios de Francia, aunque varios de los que fueron incorporados a la flota de la FAA provenían de Israel.
Según confiaron fuentes militares, estos cambios de los tipos de aviones en una base aérea se conocen con el nombre de rotación del sistema de armas y destacaron que se trata de un “escuadrón de elite” de la FAA.
Entre las ventajas comparativas con otros cazas de fabricación nacional se encuentra la velocidad crucero y su radio de acción, que es de 956 kilómetros por hora y 1.250 kilómetros, respectivamente.
Como son máquinas más potentes que los Pucará o el Pampa, trascendió que se colocarán redes de contención en las cabeceras de la pista principal del aeropuerto, a modo preventivo.
Para mantener estos aparatos y toda la logística propia de la operación del radar, tarea compartida entre efectivos del Ejército y de la Fuerza Aérea, arribó más personal especializado entre el martes y ayer a Santiago para sumarse a la base. Además, llegó un camión cisterna con combustible especial para los Mirage.
Según se supo, en al menos tres aviones Hércules C130 llegó el personal y los materiales necesarios para la labor de custodiar la frontera aérea norte.